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lunes, 13 de junio de 2011

Cine: “Paul”, un extraterrestre en el que quiero creer

¿Es un pájaro? ¿Es un avión? ¡No! ¡Es “Paul”! La última comedia creada por Simon Pegg y Nick Frost, autores del guión y protagonistas de una divertida y emocionante película que dirige Greg Mottola. Una película de ciencia ficción que en clave cómica, que no de parodia, homenajea no sólo al cine de ciencia ficción de los años ochenta, particularmente aquel el que lleva el sello de Steven Spielberg, sino a todos los seguidores de este tipo de cine.

Es necesario aclarar, antes de continuar, que el sustantivo alien, popularizado internacionalmente para referirse a un extraterrestre desde que se estrenara la famosa película de Ridley Scott de nombre homónimo, quiere decir realmente “extranjero”. Por lo que “Paul”, además de ser una fantástica comedia sobre las desventuras de un extraterrestre entre humanos, es una fabulosa sátira en la que dos británicos se aventuran en las entrañas de un extraño, primitivo y ancestral territorio popularmente conocido como los Estados Unidos de América.

Conocedor de que tiene en sus manos un guión excepcional, Greg Mottola no sólo se limita a buscar el encuadre adecuado para cada uno de los impagables momentos a los que se enfrenta un grupo de terrícolas que protegen a un extraterrestre que, más que perdido, ha estado prisionero en la Tierra, sino que sabe enfatizar con sutileza y acierto todas y cada una de las situaciones en las que se ven envueltos, valiéndose de imágenes contundentes, cuando no dispone de diálogos.

Es ciertamente interesante comprobar como una pareja que lucen una nutrida variedad de camisetas que harían las delicias de todos aquellos a los que se homenajea en la propia película, forman una pareja mucho más seria y verídica, que la que forman la pareja de agentes del FBI, siempre enfundados en sus cómicos trajes. Lo que espero realmente es que todos ellos vuelvan a coincidir en un futuro no muy lejano para proporcionar otro filme tan gracioso y refrescante como “Paul”, un extraterrestre en el que quiero creer.

Y es que “Paul” es una película en la que los auténticos protagonistas no son ni los efectos especiales, ni el propio Paul al que alude su título, sino un espléndido y magnífico reparto encabezado por Simon Pegg y Nick Frost, que ya fueran pareja cómica en filmes como “Shaun of the Dead”, “Hot Fuzz” o “Don’t”, el segmento incluido en “Grindhouse”, en todos ellos dirigidos por Edgar Wright.

Junto a ellos actores cómicos como Seth Rogen poniendo la voz a Paul; un interesante Jason Bateman como el agente Zoil; una maravillosa Kristen Wiig como Ruth Buggs, una auténtica estadounidense entre extraterrestres; y además de cameos impagables como el de Steven Spielberg que pone su propia voz a sí mismo, y otro que me guardo para no estropearles la sorpresa —-no busquen los créditos de la película antes de verla—-; destaca la otra pareja cómica de la película, la formada por Bill Hader y, sobre todo, Joe Lo Truglio, que representan la auténtica parodia de la película, la que hacen de las parejas de agentes del FBI, a mitad de camino entre “Men in Black” y “The X Files”, y que proporcionan algunos de los momentos más hilarantes y desternillantes de “Paul”. Ambos coincidieran ya en otra película dirigida por Greg Mottola: “Superbad”, así como Hader y Wiig coincidieran también en “Adventureland”.

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